Mermelada de naranja fácil
Mientras trataba de averiguar que hacer con todos los kilos de naranjas que nos dio el árbol esta temporada, me di cuenta d un hecho interesante: nunca había hecho mermelada en casa.
Siempre había querido hacerla, pero siempre retrasaba ese momento porque me parecía muy tedioso y difícil.
Pero con esta receta me he dado cuenta de que hacer mermelada es más fácil de lo que parece. Las personas mayores lo saben bien, pues hacían continuamente tarros y tarros de mermelada ya que no estaba tan fácilmente disponible cómo lo tenemos en el super hoy.
Resulta que todo lo que necesitas es fruta, agua, azúcar y tiempo.
Todo en estas cantidades:
- 10 naranjas
- 1 litro de agua
- 800 gramos de azúcar
El primer paso es pelar la fruta.
La piel es necesario cortarla en juliana, muy finas para que la mermelada tenga la textura adecuada. Si apilas las pieles, puedes cortar un montón a la vez.
Muchas recetas recomiendan quitar la corteza blanca porque es amarga. Otras recetas recomiendan quitar las semillas y guardarlas en una bolsita que pondremos en el agua de cocción y que eliminaremos al final, para extraer la pectina.
Muchas otras recetas de mermelada añaden pectina adicional, pero en esta receta no es necesario debido a la cantidad de pectina presente en la piel y en las semillas de las naranjas.
Algunas recetas requieren una etapa de escaldado o remojo. Su propósito es quitar el amargor de la piel. Es tu decisión hacerlo o no.
Una vez tengamos todo picado finamente, se cocinan a fuego lento en agua hasta que estén tiernos. El agua tiene que ser suficiente cómo para cubrir completamente la fruta.
Este proceso lleva tiempo (aproximadamente una hora), pero una vez que tienes una temperatura constante, puedes dejarlo tranquilamente cocer.
Después se añade el azúcar, un montón de azúcar. Llévalo a hervir, revolviendo regularmente para que no se queme.
Hay que cocinarlo hasta que llegue a los 105 ºC aproximadamente.
Pero si no tienes termómetro que te indique a que temperatura está, puedes comprobar la textura sacando una cucharada a un plato frío. Si todavía gotea cuando se ha enfriado, hay que continuar con la cocción unos minutos más.
Después de 45 minutos hay que comprobar la cocción, pero el proceso se puede alargar hasta la hora y media.
Una vez que la mermelada ha llegado a la textura que nos gusta, la retiramos del fuego y la dejamos que enfríe.
Podemos utilizarla directamente, o podemos guardarla en un recipiente hermético y refrigerarla en la nevera.
También es una buena idea conservarla en tarros de cristal.
Sólo hay que verter la mermelada caliente en los tarros con ayuda de un embudo, limpiar los bordes y cerrarlos con la tapa.
Para que se cierren herméticamente se hierven los tarros en agua durante 15 minutos.
Se rotulan los tarros con la fecha y el producto que contiene y se almacenan en la cocina.